El litio
El nuevo oro blanco
Argentina, Chile y Bolivia comparten una zona geográfica conocida como el “Triángulo del Litio”, a la cual cada vez más empresas, inversores y gobiernos extranjeros miran con interés. En ella se encuentran más del 70% de las reservas mundiales de ese mineral, considerado estratégico para el futuro por su importancia para la fabricación de baterías, artículos electrónicos y nanotecnología.
En la zona se concentran tres salares de gran tamaño: el Salar del Hombre Muerto en Argentina, Atacama en Chile y Uyuni en Bolivia. En estos, el mineral se encuentra en salmueras: es decir, reservas de agua subterránea con altas concentraciones de sales que se bombean a la superficie hacia lagunas artificiales para su evaporación. Este proceso es el más práctico y el de mayor rentabilidad.
Las reservas de litio ubicadas en otras partes del mundo, como Australia, Canadá y Estados Unidos, requieren de técnicas de minería de roca dura para su extracción, un proceso mucho menos rentable.
¿El mineral del futuro?
A principios de la década de los noventa la compañía Sony lanzó al mercado la primera batería de litio. A partir de ahí, la demanda del mineral ha crecido exponencialmente, y su adopción parece ser clave para el desarrollo tecnológico de los próximos años.
Se emplea para la fabricación de baterías para vehículos, computadoras, tabletas y teléfonos móviles. El litio es clave en el cambio del modelo energético mundial que se dirige hacia el fin de los combustibles fósiles y el uso masivo de energías renovables. La implementación a gran escala de autos eléctricos impulsará una creciente demanda de baterías que requieren minerales como el litio para almacenar energía.
En marzo de 2011, la Unión Europea estableció las bases para el plan estratégico “Transporte 2050”, que busca acabar para ese año con el uso de vehículos propulsados por combustible fósil. Y para que los objetivos de la iniciativa puedan ser cumplidos, será necesario mucho litio.
Según la empresa Benchmark Mineral Intelligence, que opera en el sector de minería y metales, entre 2015 y mediados de 2022 se produjeron 2,9 millones de toneladas de litio. Para 2050, el mundo necesitará producir 11,2 millones por año.
Guerra de intereses
Actualmente, en el Triángulo del Litio se desarrolla una auténtica guerra geopolítica. Allí ya se encuentran operativas tres empresas chinas, que se encargan de toda la cadena de producción. Alrededor del 60% del litio producido en el Triángulo es refinado por empresas de ese país.
Por su parte, Estados Unidos importa el 50% del litio que emplean sus industrias civiles y militares, y prevé realizar antes de 2030 numerosas inversiones millonarias en la región para asegurarse una porción del suministro de litio y no depender de las compañías chinas.
A su vez, empresas surcoreanas, australianas y canadienses han incrementado durante la última década su presencia en la zona, a través de la compra de derechos de explotación del material en bruto.
Bendición o castigo
A simple vista, el futuro para los países que integran el Triángulo del Litio es provechoso. Incluso hay quienes comparan los posibles beneficios económicos del litio con los que ha producido el petróleo, pronosticando que Argentina, Chile y Bolivia se convertirán en las próximas décadas en países con un potencial económico como Dubai o Arabia Saudita.
Sin embargo, para ello es necesaria una inversión en tecnología, capacitación e infraestructura a gran escala que actualmente no posee ninguno de los tres países que integran el Triángulo. Por el contrario, estos se han limitado a exportar la materia prima, principalmente a China, Estados Unidos y México.
Además, hay quienes afirman que Chile, Bolivia y Argentina podrían repetir la vieja historia de vender las materias primas, pero recibir escasos beneficios por ello. Actualmente, los principales explotadores del mineral son empresas privadas de capital extranjero que no generan rentabilidad para los Estados, los cuales se rigen por viejos códigos mineros que otorgan amplios beneficios financieros a las empresas que invierten en el territorio.
Agua en el desierto
A pesar de las inmensas reservas existentes en el Triángulo del Litio, existe un problema capaz de obstaculizar la extracción del mineral a mayor escala: la disponibilidad de agua.
El proceso de extracción implica perforar los salares para llegar hasta las salmueras. El agua se bombea a la superficie y se deposita en piscinas durante meses para que se evapore, dejando una solución rica en litio. En el proceso final de extracción, se requieren grandes cantidades de agua dulce.
Para producir una tonelada de carbonato de litio, deben extraerse 500000 litros de salmuera y utilizarse alrededor de 30000 litros de agua dulce. Para producir cientos o miles de toneladas de carbonato de litio es necesaria mucha agua. Demasiada para una zona semi desértica, donde comunidades enteras dependen de ese recurso vital.
Las expectativas en torno al futuro del “oro blanco” son altas, tanto en las empresas como en los Gobiernos, que ven como inevitable la transición hacia energías más sustentables. Quedan aún problemas logísticos y tecnológicos que resolver. Una cosa es segura: la era de los combustibles fósiles tiene los días contados. Quien domine la alternativa más eficiente, gozará de amplias ventajas económicas y geopolíticas a nivel mundial.
¿Una alternativa al litio?
Sin haber llegado a su auge, la industria del litio ya tiene un posible reemplazante. En los últimos años, diversos investigadores han comenzado a estudiar la posibilidad de fabricar baterías de sodio. Este mineral posee características similares al litio, y la ventaja de ser más liviano y menos inflamable. Además, se encuentra en abundancia en todo el planeta, y cuesta menos de extraer y purificar. Si la actual industria del litio decidiera volcarse al sodio, no se deberían modificar las líneas de producción: la similitud entre ambos minerales no implicaría un rediseño de la infraestructura existente. La principal desventaja: una batería de sodio almacena la mitad de energía que una batería de litio.
Explicación y traducción.
Salar: En Argentina, se llama así el lugar donde se encuentra la sal.
En Hispanoamérica se usa la palabra computadora y en España se usa la palabra ordenador.
1 litio: lithium, 2 inversor: investor, 3 bombear: to pump, 4 rentabilidad: profitability, 5 lanzar: to launch, 6 clave: key, 7 combustible fósil: fossil fuel, 8 almacenar: to store, 9 actualmente: currently, 10 empresa: company, corporation, 11 encargarse de: to be in charge of, 12 suministro: supply, 13 provechoso: advantageous, 14 pronosticar: to predict, 15 materia prima: raw material, 16 escaso: scarce, few, 17 regirse por: to be ruled or guided by, 18 otorgar: to confer, award, 19 disponibilidad: availability 20 perforar: to drill, 21 auge: peak, height, 22 liviano: light, 23 volcarse: to direct one’s efforts toward.